La niña vestida de ira,
con sus ojitos pardos,
y una mirada tibia,
se asoma a su pronta partida
Tierna era cuando niña,
cadenas llevaba en sus hombros
Desolada en un río de escombros
quedaba la casa donde vivía
Cuartetos de pestes la seguían
tiñendo su angustia de prisa
Ningún respiro, ni una brisa
le ha dejado aquella vida
Su sonrisa el viento le envidia
Carácter de mujer querría
para devolverle al tormento
su aliento a leche podrida
Allí va la niña sufrida
con su vestido de ira,
sus zapatos de angustia
y una sonrisa tibia...
por el camino del alba,
por un puente lleno de calma
y de un salto, a su partida
Jean Machuca
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