En mi corazón hay una flor,
De pétalos muy hermosos,
cuyo rostro luce gustoso
un semblante de mucho fulgor.
¿A qué compararé su belleza?,
o ¿Con qué mediré su hermosura?
Pues ella, por dentro y por fuera,
me estremece con su ternura.
No puedo expresar lo que por ella siento,
ni explicar con palabras lo que para mí es ella.
sólo puedo decir que ella habita aquí dentro,
y es el motivo de mi vida entera.
Es el sol de todos mis días,
el motivo de mi existencia.
ella me salvó la vida,
con solo mostrarme su presencia.
Su hermosura me llenó de ganas,
ganas de seguir soñando
con volver a ver su bella cara,
y su sonrisa, su mayor encanto.
No puedo ocultarle más esto,
no puedo negarle más mi amor.
Le diré hoy mismo lo que siento.
¡Por fin lo sabrá, mi dulce flor!
Tengo miedo de decírselo.
No sé como tomará la noticia.
No sé si la tomará con miedo,
con desprecio o con delicia.
No sé cuál sea su respuesta,
pero no resisto más.
Pues esta agonía me inquieta
y no me deja pensar.
No me deja dormir, ni despertar
Estoy desesperado, no resisto más
Si mi amor acepta no sabré que hacer,
mas si no me ama, tal vez moriré.
Pero, aún así, le confesaré mi amor;
Y que lo demás quede a voluntad de Dios.
De pétalos muy hermosos,
cuyo rostro luce gustoso
un semblante de mucho fulgor.
¿A qué compararé su belleza?,
o ¿Con qué mediré su hermosura?
Pues ella, por dentro y por fuera,
me estremece con su ternura.
No puedo expresar lo que por ella siento,
ni explicar con palabras lo que para mí es ella.
sólo puedo decir que ella habita aquí dentro,
y es el motivo de mi vida entera.
Es el sol de todos mis días,
el motivo de mi existencia.
ella me salvó la vida,
con solo mostrarme su presencia.
Su hermosura me llenó de ganas,
ganas de seguir soñando
con volver a ver su bella cara,
y su sonrisa, su mayor encanto.
No puedo ocultarle más esto,
no puedo negarle más mi amor.
Le diré hoy mismo lo que siento.
¡Por fin lo sabrá, mi dulce flor!
Tengo miedo de decírselo.
No sé como tomará la noticia.
No sé si la tomará con miedo,
con desprecio o con delicia.
No sé cuál sea su respuesta,
pero no resisto más.
Pues esta agonía me inquieta
y no me deja pensar.
No me deja dormir, ni despertar
Estoy desesperado, no resisto más
Si mi amor acepta no sabré que hacer,
mas si no me ama, tal vez moriré.
Pero, aún así, le confesaré mi amor;
Y que lo demás quede a voluntad de Dios.
Jean Machuca ( mayo de 1998 - aproximadamente)
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